miércoles, 20 de mayo de 2009

Un mes y aún me sé mi nombre...

Hoy se cumple un mes de haber llegado a Casa Ibero.


Por supuesto ha sido una gran experiencia; me ha servido de refugio, cuartel general, centro de abasto y claro, lugar sagrado de meditación.


No ha sido fácil, no ha sido barato, pero sé que ha sido lo correcto.


Aidé, mamá de mi casero, cumple años mañana y le daré una botellita de licor de tequila con mango que secuestré de la casa; la señora estrena sus primeros 82 años. Mi mamá le mandó una de café para el día de las madres y le encantó, ella sí toma aunque Alejandro no.

Además, me dio un permiso especial para no tener que hacer mi cama diario.
- Cuando no la quieras hacer, sólo dejas la puerta de tu recámara cerrada y ya...

La primera foto que anexo es una vista panorámica que tomé el día que subí al techo de la casa y comprobé que estoy en los confines del DF.

Los cuadritos pequeños que se ven el la sección izquierda son los hoteles de Reforma y se distingue algo de la Torre Mayor; espero encontrar un día de sol, subir de nuevo y tomar algo más decente para no decepcionar a mis fans. Lo que me gustó de esta secuencia es que de lado derecho se ven de forma borrosa los volcanes.

Esa tarde fue muy padre porque revisé las grietas que Alejandro estuvo cubriendo para evitar las goteras y aunque no ha vuelto a llover fuerte, le sugerí que use el impermeabilizante tipo tapete que es más efectivo. Por fin le pude contar de mis experiencias en Cuerna.

Y la foto que me despide este primer mes de locos en el que ha pasado de casi de todo, es este atardecer.

Me pone a pensar en mil cosas que aún no tienen orden, me sugiere darme a un par de fugas más antes de volver a realidades no siempre bien comprendidas...

Me conquista.

Terminó el primer mes de al menos DOS mas que vendrán y en el que confío lograré nuevas metas, conoceré gente estupenda y aunque solo en fines de semana baje a DF, seguiré siendo esa Sandra que ustedes conocen.

Por ahora, le mando muchos abrazos y recuerden:

Salova Habita en Santa Fé

miércoles, 13 de mayo de 2009

Por fin lloverá en serio

En casa Ibero hay nuevo huésped, o vecino, o roomie, o compañero de cuarto que también renta en la misma casa. Es de los Mochis y se llama José Carlos (me persiguen!!).

Llegó el martes 12; hubo mucho ruido en la casa, fue la primera vez que me acordé de las series gringas donde viven muchos en un depa.

Álvaro, el diseñador gráfico, se cambió de una recámara a lo que es un estudio abierto y en la otra se quedó el nuevo chico. Como en mi recámara hay espacio suficiente. me ofrecí desinteresadamente a guardar sus 3 torres de dvds, juegos y CDs música, películas, series de TV y Animé.

Le he contado de mis amigos y de nuestras sesiones de boliche, animé, y películas... un día intercambiaremos material.

Han llovido ya un par de días y Alejandro se infartó la madrugada en que se tronó un transformador, amanecimos sin luz y se vino abajo un poco de yeso del plafón en el pasillo. ¡Hay una gotera!

Yo intenté decirle que eso pasa en las casas y que al menos él no se quedó sin colchón, como en una noche de lluvia monumental en Cuerna, donde el yeso de más de la mitad de la recámara grande se vino abajo justo encima de la cama...

Como no sirvió mi estrategia para tranquilizarlo, ya no le conté de la vez que tuve invasión de hormigas...

Esa noche del cambio, hubo mucha polémica para ver cuáles cosas se quedaban en dónde para hacer espacio para Álvaro, así que nuevamente mi noble corazón donó la mitad del vestidor de mi reca para que pusieran ahí un par de cajas y maletas.

Álvaro es un chico intenso, dibuja cómics; ¡cocina!, hace trabajos de diseño muy padres, le gusta el animé japonés y claro, es adicto a Dr. House.

José Carlos estudia tercer semestre de Relaciones Internacionales y antes vivía más lejos de la delegación Cuajimalpa, que no tengo idea donde sea, pero según el mapa, sigue siendo DF. (de hecho, "aparece" en el mapa)

Ahora que somos más, podemos hacer sobremesa en las noches; todos tenemos horarios distintos, por eso a eso de las 10 o 11 de la noche que ya estamos todos, podremos platicar un poco.

La foto que anexo ahora no es de Casa Ibero, si no de una de las tardes en el proyecto durante la hora de la comida, en las semanas de contingencia, con mi cafecito a un lado y al fondo el lunch que nos dieron porque cerraron el comedor.

Este lunes que ya pudimos volver, todos comimos como cosacos; en particular el 13 de mayo que hubo Pastel Azteca... bueno, nos atascamos.

Esa es la zona donde todos los días y lo que reste del proyecto, conecto mi lap y entro a la red de nuestros servidores.

Como tenemos un enlace a internet propio, cuando la red interna está lenta, les prestamos nuestros nodos, como cuando han estado revisando estados de cuenta y viendo lo de las declaraciones de impuestos.

Esperamos que ahora que han llegado las lluvias no pase nada grave; me comentaron que eaño pasado al menos en dos ocasiones se quedaron atascados dentro del edificio por la intensidad de la lluvia en una y porque se cayó un árbol y bloqueó la calle, en otra.

Yo no sé como diseñó Alejandro la casa que del frente la lluvia cae como regadera y del lado de los ventanales, apenas se siente una briznita, se ven los rayos a lo lejos, pero no se siente el aguacero que se ve del otro lado de la casa. Por eso razón la he dicho que la lluvia es un fraude, que he sufrido de publicidad engañosa.

Me gusta ver llover, me gusta ver relámpagos y escuchar truenos... Adoro el olor a tierra mojada; una de estas noches Casa Ibero me dará la sorpresa y espero que no incluya goteras.

sábado, 2 de mayo de 2009

Salova toma siestas

Ya va para la segunda semana esto de la contignencia y la ciudad se ve otra, seguro cada quien sabe cuánto sucede dentro de las casas, pero ver la ciudad limpia, despejada y sin tanta gente es hermoso.

Los que me conocen saben que adoro al DF y que más bien la saturación de gente es lo que no me gusta. Hoy que bajé a casa tomé un camión, entré al metro y luego tomé el trolebús; todo tranquilo, la gente con sus cubrebocas la gran mayoría...

La ciudad se escucha con menos ruido, se siente que por fin ella misma puede respirar después de tanto hartazgo de conglomeraciones. Somos muchos, eso es un hecho y los fines de semana incluso, se estaba notando un tráfico insoportable.

Sé que han circulado muchos mails con respecto a la Influenza, desde simulacros de infección, hasta golpes de estado, reactivación económica disfrazada, motivos del narco... etc. Sé que están las cadenas para rezar y pedirle a la Virgen que ya nos perdone, manuales de nuevos tipos
de tapabocas y que hasta los temblores nos recuerdan que hay cosas más fuertes que una gripita.

Lo que si me da gusto reconocer y saber, es que todas estas instrucciones se enfocan en algo bien simple: ser menos mugrosos y ordenados.

El lindo DF es una de las ciudades suicias que tiene todo para ser de las más limpias, somos quienes vivimos en ella los que no logramos mantenerla limpia. Todos.

Esto de usar cubrebocas ya tiene mercado porque les están empezando a dibujar caritas; hay azulitos, blancos, de algodón comprimido, de tipo industrial y casi algunos que son máscaras antigas.

Ya hay tráfico de cubrebocas...

Las vacunas, las medicinas y hasta las gel para desinfectar son ahora utencilios comunes. Cuando siempre ha sido tan fácil lavarse las manos, prepaprar bien la comida y tirar la basura en su lugar. Eso marca la diferencia entre los lugares donde les da esta enfermedad y se mueren, contra los que con atención médica, limpieza y descanso, se recuperan.

Nos quedan meses de estados de alerta, apenas van los primeros 10 días críticos para ver quienes están enfermos y quienes lo estarán en los próximos 10
días.


En casa Ibero hay mucha luz; hay puertas y ventanas que mantienen todo iluminado y ventilado. Recién le dije a Alejandro, mi casero, mi primera conclusión sobre su casa: "No es apta para vampiros, el sol entra por todos lados".

Les incluyo ahora una foto del otro segmento de la vista que tengo desde mi recámara; el muro veige del lado inferior izquierdo es la casa del vecino, si no estuviera ahí, se vería la esquina de la calle a donde voy a mi proyecto.

El próximo martes tomaré el tiempo con reloj en mano para ver cuánto se hace de la casa al trabajo. Cabe resaltar que aunque intento bajar sin hacer ruido, siempre me escuchan y me hacen favor de llevar y pasar por mí.

Algo que en definitiva me pone triste es que ya viene mi cumpleaños y no habrá celebración, podríamos organizar un chat a cierta hora, se aceptan mails, flores y tarjetas virtuales.

Hay mucho que reorganizar aún, pero creo que siempre habrá huecos para buenas sorpresas.

Mil saludos

Muchos abrazos

Un buen par... de helados