miércoles, 8 de julio de 2009

Todos los caminos llevan a casa...


Porque casa es donde uno decide que sea, aunque se trate de un lugar donde se pasen semanas, meses o quizás solo una noche estupenda.

Esta es la foto de la calle en Casa Ibero; estos días que ha dejado de llover, Alejandro estaría más tranquilo si no se hubiera desfalcado por algunas goteras nuevas, algún evento que pasó con su mamá y una visita
sorpresa que él hizo al hospital.

Llevamos la segunda semana de estar en migración de equipos y laptops a disestra y siniestra; pasando por Toluca, Izcalli y Santa Fe.

Llevamos más de 7 días trabajando 10, 12 o hasta 14 horas al día, diciendo incoherencias, saliendo por recursos, viendo las ojeras reflejar nuestra triste y muy bien conservada edad... entrando en estados de paginación...

Sergio ya alcanzó el límite de sus faltas permitidas.
Efrén ya está reconociendo que es adicto al Frappé de chocolate y nos ha convidado de sus vitaminas para resistir.

El resto del equipo C&A nos han ayudado en mucho y se van de espaldas al ver los números del proyecto; para todos hay trabajo.
Si las cosas salen bien, en 3 semanas debo de estar volviendo a dormir en mi camita.

Vivir en Santa Fe ha sido la mejor experiencia en lo que va del año; pero mi casa, mi rumbo y lo mío, lo mío, lo mío es volver al DF.
No puedo menos que comentar que estas semanas han estado muy pesadas, que he dormido muy poco y que mi dulce y maravilloso humor no han sido lo más destacado de mi conducta.
Me dio una gripa tremenda hace una semana y no me pueden inyectar más anticuerpos hasta que me cure.
Estamos retrasados en la migración de equipos y no creo que logremos terminar para el 15 de julio, ni al 70%; pero no nos vamos a rendir.
Conocimos la Planta de Toluca y aprovecho la foto para presentar de derecha a izquierda a Sergio, nuestro "becario Sr" y ahora, compadre de Quique, junto a Efrén, mi compañero, brazo derecha y amigo; Quique es el chico de azul sin casco, quien nos da apoyo y nos llevó en la coqueta desde Toluca al DF.
Esa planta es la 3a a nivel mundial por su producción en toda la compañía; pudimos conocer el sistema de cómo se descompactan los envases franceses, se agrega el agua mexicana, traída del Nevado de Toluca y se cubre cada botella con las tapas italianas...
Nos echamos una buena comida en la Marquesa cuando terminamos los primeros 80 equipos. Ahí nació el compadrazgo de Quique y Sergio; de ahí surgió lo que llamamos "El secreto en la Marquesa"
Luego vino Naucalpan y este breve fin de semana, migramos la mitad de Santa Fe; tuvimos refuerzos del resto de C&A y encontramos entre otras cosas, al famoso equipo que ha estado dando lata en cuanto a bloqueos, seguridad y back doors... MaCastro va a correr a alguien (de nuevo)
Cuando todo esto termine en casa podremos contar y recordar lo que por ahora es una sorpresa, un enojo o un futuro encuentro de Salova VS el CAU (los de soporte de parte del cliente)
De verdad no mentía cuando les dije a mis caseros que cuando ya estuviera lo más pesado del proyecto sólo iban a verme salir y llegar para dormir... Sin mentiras, ni exageraciones.
Apenas si he visto a la negra y a la blanca cuando salgo y cuando llego; la negra está más grande y es bien juguetona; la blanca está mejor de su patita izquierda que no sabemos cuando se lastimó.
El domingo pasado, día de elecciones, junté mi frustración para rendirme al Sol a eso de las 8 de la mañana cuando ya no pude dormir; busqué mi casilla especial para votar, pero mejor me lancé a DF a ver qué pasaba con lo poco que me queda de vida social.
Gracias a Florecita, CPlili, Lila y Dianita por ayudarme a tener un buen día de descanso. No ví a mi mamá pero asalté la alacena y cambié algo de ropa.
Aún no me decido a preguntar cuando tendré que dejar de estar en Santa Fe y empezar a bajar mis cosas para que no sea una mudanza complicada.
El día 20 son los 3 meses justos de que todo esto empezó y me parece que el tiempo ha volado.
Esa calle apenas si la he bajado no más de 3 veces caminando; el domingo me dieron ganas de salir y recorrerla, estaba muy cansada de toda la semana, quería golpear gentes, con todo sé que aún falta, así que me tuve que llenar de ánimo, si nos detenemos ahora, no vamos a lograr los números que necesitamos.
Mis chicos están más cansados supongo, ya que además del trabajo se avientan recorridos a sus
casas de más de 2 horas, al menos yo tengo esa frontera rebasada... aunque llegue solo a dormir.
Como sea, el sábado cuando a las 9 de la noche estábamos revisando qué faltaba, se encontró un equipo con cierto tipo de programas nada seguros, amigables e inofensivos para la red. Sospechamos que es el equipo que los traía de cabeza por andar usando el ancho de banda, bajando cosas y enmascarándose... tomamos el equipo en custodia y el Lunes el usuario estaba que no lo creía, pero la gente ha reaccionado lento, no han dimensionado lo que es encontrar esa info en un equipo de alguien con acceso a datos confidenciales... se dejaron vencer por un buen berrinche armado y devolvieron la lap.
El Lunes empezó la guardia a las 7.30 am y salimos 8.30 pm cansados, de humor simple y sabiendo de lo mucho que aún falta.
Llegué tan cansada los últimos días que sólo he saludado diciendo "hola, hasta mañana"; me da pena escuchar de la señora decir:
- Es que vienes muerta
- Sigo sonánbula señora
Es triste no poder jugar más tiempo con las niñas (aunque creo que Alvara sí es Francisco) y darles croquetas, o ver que se siguen durmiendo juntas (sucias!) El viernes fuimos al último super con José Carlos porque sale de vacaciones el jueves 9 y regresa en un mes, cuando quizás ya esté de nuevo en mi camita en la Del Valle.
Le hice sopita para que me recuerde, luego vi un par de capítulos más de It's Always sunshine in Philadelphia con Álvaro y a dormir... esos ratitos de risa me dieron fuerza para el sábado.
Sé que en cada casa que nos ve llegar cansados, se preguntaran si lo que hacemos vale la pena, si nos pagan lo justo, si todo ese tiempo que pasamos fuera, se puede recuperar de alguna forma...
Seguro que para muchos las respuestas serían NO, pero para cada momento hay su recompensa y para cada tensión hay su rato de risa.
En cada casa que aún nos abre la puerta, al menos alguien debe haber que nos salude, que nos pregunte si comimos, si vamos a cenar y si aún nos falta mucho.
Para todos ellos ¡gracias!, para todos los que esperan cuando no estamos, ¡gracias!.
Ésa, sin importar dónde quede y cuánto tiempo dure, es nuestra casa.

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